Un cambio brusco de mi parecer, de mi forma de ver la vida, de verte a ti. Ya no te necesito, no soy tan dependiente de ti, al fin no eres imprescindible en mi vida. Empieza una nueva etapa, esa en la que voy a disfrutar y descansar, sin malos rollos y sin discusiones tontas. Me alegro de no haberme subido a ese tren, ya que ahora estaría lejos y no te vería marchar, tal como te estoy viendo ahora. Te vas caminado cabizbajo, a sabiendas de que esta vez, has perdido tú y no yo. Ahora te toca reflexionar, si es que te importo. Ahora te toca sufrir, tal y como lo hice yo, aunque sé que no sientes nada tan fuerte por mí como para hacerlo; pero bueno, te vas con el rabo entre las piernas, y me alegra ser la razón de ello.
Es la hora de que veas lo que te pierdes, porque es mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario